Las organizaciones son entidades funcionales sin vida propia. Necesitan de las personas para funcionar y, sobre todo, para adaptarse al contexto y lograr transición generacional.

Está claro que el gran activo de las organizaciones es el talento y por ello es de vital importancia que nos ocupemos de las personas. Personas que transmiten a la organización sus improntas personales, intereses, sueños, temores, desafíos, talento, por nombrar algunos.

No olvidemos algo importante: los mejores productos o los mejores servicios solo se pueden desarrollar con las personas más talentosas. Y si este motivo no es suficiente para comprender la importancia de gestionar el talento, a continuación, te contamos algunos más:

• Atracción: una sólida gestión del talento permite a las empresas atraer y contratar a los mejores candidatos para posiciones clave del negocio. Contratar a las personas adecuadas sin dudas marcará la diferencia en términos de calidad y en capacidad para contribuir al éxito del negocio.
• Retención: retener talento es sinónimo de evitar pérdida de conocimiento y experiencia, dos activos valiosos para la organización. Crear un entorno de trabajo positivo y motivante fomenta el compromiso de las personas. También es igual de importante generar oportunidades de desarrollo profesional, beneficios competitivos y reconocimiento para evitar la salida del talento hacia la competencia.

• Desarrollo: la gestión del talento implica también el desarrollo y la capacitación continua. Es decir, detectar las necesidades de las personas y darles los recursos para que cumplan los objetivos del rol. Una empresa que no aprende, difícilmente evolucione y se adapte a los cambios.
• Planificación de la sucesión: gestionar talento también es trabajar activamente en identificar a los empleados con mayor potencial y prepararlos para asumir roles de liderazgo. Si la empresa cuenta con un plan efectivo de sucesión, puede garantizar su continuidad y estabilidad a largo plazo.
• Mejora del rendimiento organizacional: al contar con empleados cualificados y comprometidos, la organización puede alcanzar sus metas y objetivos de manera más efectiva. Además, la gestión óptima del talento fomenta la colaboración, la innovación y la creatividad, lo que puede generar ventajas competitivas significativas.

Es evidente el enorme desafío detrás de alinear los múltiples intereses de las personas que integran una organización con a los objetivos de desarrollo del negocio. Pero ¿cómo lo logramos? Hay diversos mecanismos para tener éxito y dependerá del contexto de la organización.

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